El rol del director en gestión escolar : Por Mauro López arellán
El rol del director en gestión escolar
Por Mauro López Arellán
Actualmente en la educación
en tiempos de cambio, la gestión escolar es uno de los componentes esenciales en la organización, planificación y dirección de una institución educativa en ello es de suma importancia evidenciar algunas de las responsabilidades que deben cumplir cada uno de los actores sociales que participan en el tema de decisiones y en las acciones en beneficio de la educación.
Estudiantes:
comprometerse, tener una buena actitud conforme a los planteamientos del
maestro y echarle ganas en la escuela para tener mejor aprendizaje.
Padres de
familia: ayudar en la casa a los niños con las tareas, así como preocuparse y
preguntar el desempeño del niño y en conjunto con el maestro resolver
problemas si se presentan.
Maestros:
tener un compromiso docente en el que haga lo mejor para que el niño aprenda
de la mejor manera y pueda aplicar esos conocimientos en la vida diaria.
Director:
monitorear el buen desempeño de los maestros y estudiantes en cuanto al
trabajo escolar, así como gestionar apoyos para el alumno y para que la
escuela este en mejores condiciones. En este último nos enfocaremos en el
presente ensayo.
En este
trabajo se procura analizar con criterio y detenidamente a la gestión escolar,
el rol y el liderazgo que ejerce el director en una institución educativa.
Se considera
crucial el papel que juega el director en la gestión escolar, ya que es él, el
que promueve la educación y mejora de las condiciones en que se desenvuelven
profesores, estudiantes y trabajadores administrativos de las escuelas. Ya que
en él recae el papel de líder, que como bien sostiene Alvariño, Arzola,
Brunner, Recart y Vizcarra (2000, la gestión del director y su estilo de
liderazgo son un aspecto clave, que determina otros procesos al interior de la
escuela. El rol del directivo es complejo por la diversidad de funciones que
abarca: pedagógica, administrativa y social. Es esencial que estos actores
accedan a una actualización e implementación específica que los fortalezca en
los conocimientos, estrategias, capacidades y enfoque que debe maneja un buen
líder pedagógico y administrativo.
Por otro lado, Bolívar (2010); Pont, Nusche y Moorman (2008). manifiestan sobre la importancia que ha cobrado el liderazgo escolar en la investigación sobre eficacia escolar y factores asociados al rendimiento estudiantil ha contribuido a que esta variable se constituya en un factor primordial en la apuesta por mejorar la calidad de la educación; por ello, se ha convertido en una prioridad en las agendas de las políticas educativas en el ámbito mundial. Teniendo la consideración estos postulados desarrollamos el ensayo denominado el rol del director en gestión escolar
La nueva gestión escolar se debe Innovar la forma de gestión,
administración para mejorar el logro educativo, esto implica que la
organización escolar se oriente a los aprendizajes de todos los estudiantes.
Es importante la alineación de actores, visiones y propósitos, a partir de un
liderazgo directivo que coordine la acción cotidiana de la escuela, el
desarrollo de equipos de trabajo colaborativo, la participación activa de los
padres de familia y otros actores sociales, así como el diseño y la ejecución
de una planeación estratégica escolar que deriva en la planeación pedagógica,
y la presencia permanente de ejercicios de evaluación que permitan asegurar
los propósitos educativos de la educación integral en estos nuevos tiempos de
aprendizaje En este sentido, una nueva gestión implica una comunicación eficaz,
oportuna y una reorganización del colectivo escolar. Cada comunidad organizada
en el espacio de la escuela favorece la visión compartida, el cumplimiento de
la misión de la escuela pública, el diseño de objetivos, estrategias y metas,
así como el compromiso para su ejecución y logro.
En la figura
del director se cimienta el liderazgo, y de la forma en que éste se ejerza
dentro de la institución dependerán el proceso y los resultados de la gestión
que se realice.
“La palabra liderazgo es definida como la
influencia interpersonal ejercida en una situación, dirigida a través del
proceso de comunicación humana a la consecución de uno o varios objetivos
específicos”. Idalberto Chiavenato
Así mismo, Claudia
Romero en su libro “hacer de una escuela, una buena escuela” menciona 3
concepciones acerca de la gestión:
Gestionar: controlar y administrar
La función de
la gestión escolar estuvo unida a la idea de control y administración. Esto se
relaciona con un tipo de sistema educativo centralizado. Desde esta
perspectiva, la gestión escolar ha consistido en una práctica destinada a
garantizar la regularidad y el ordenamiento de cada institución dentro de un
sistema.
Gestionar es
definir objetivos y medir resultados, administrar recursos, buscar la
eficacia. Se trata de un quehacer dirigido a garantizar previsibilidad,
racionalidad y responsabilidad por los resultados.
Gestionar es gobernar
Gestionar
implica vérsales con el poder, el conflicto, la complejidad, las resistencias,
las negociaciones y la incertidumbre.
Se trata de
rescatar el lugar de la escuela como espacio de lo público y de recuperar cada
institución como parte de un sistema. La escuela es un lugar donde se aprende
a vivir con otros, con otros sujetos, otros discursos y lenguajes.
La gestión
escolar, el trabajo de director, ha sido recientemente definida como hacer que
las cosas sucedan. La gestión organiza el marco para el quehacer escolar y se
visualiza en los modos de decidir las cosas y en el tipo de decisiones que se
toman; en el diseño del tiempo y del espacio; en la conformación de los
grupos; en el tratamiento de los conflictos; en las normas y las sanciones; en
los intercambios comunicacionales; en los planes y en la administración de los
recursos, entre otras cuestiones. La gestión despliega dentro del territorio
de la posibilidad, de lo por venir, al transformar lo dado en nuevos posibles.
La gestión
escolar como gesta es, entonces, es una invitación a recuperar aquellos
valores y prácticas que en el pasado hicieron de la escuela un instrumento
poderoso para construir la ciudadanía, sin quedar atrapados en visiones
nostálgicas, sino lanzándose a descubrir nuevas alternativas para lo escolar.
Gestar y gestionar la virtualidad
Actualmente
en estos tiempos de educación remota y virtual las formas y estilos de gestión
han tenido que cambiar por eso estas reflexiones están dedicadas a los
gestores, quienes organizan y articulan todos los procesos necesarios para
hacer posible la educación. Gestar es concebir, planear, desear, incluso
anhelar, hacer que algo surja, que suceda.
Por otra
parte, gestionar es, según el Diccionario de las Ciencias de la Educación,
“…un eslabón intermedio entre la planificación [o sea la idea o intención de
gestar] y los objetivos concretos que se pretenden alcanzar [es decir, el
llevar y sustentar ese algo]”.
Además, el
gestar y gestionar se puede convertir en una gesta (conjunto de hechos
memorables) cuando su impacto trasciende las fronteras físicas y se reconoce
su contribución por la humanidad.
Gestar y
gestionar la virtualidad de inmediato refiere el binomio de
innovación-gestión. ¿Qué y por qué innovamos? ¿qué le da el rango de innovador
a una acción? ¿cuál es la diferencia entre innovación y cambio? ¿Para qué y
cómo innovamos? En la era que nos tocó vivir, las tecnologías de la
información y la comunicación (tic) juegan un papel relevante en todos los
ámbitos, de esta manera, se ha gestado y gestionado la virtualidad como un
medio privilegiado entre otros medios para aprender. Así, la materia prima
para la innovación en nuestro caso es la virtualidad, lo cual necesita poseer
las capacidades para promover la educación remota con las herramientas
actualizadas de las TIC.
Por otra
parte, es importante enfatizar para ser un buen directivo requiere tener
fortalecido las características para cumplir un rol pertinente de un buen
directivo. En esa línea el líder que dirige una institución educativa debe
practicar la empatía-asertividad y estar actualizado con las funciones de un
director o subdirector porque también a medida que pasa el tiempo van
apareciendo nuevas funciones en la gestión escolar.
Asertividad
y empatía, dos cualidades para relacionarnos mejor.
La asertividad es aquella habilidad
personal que nos permite expresar de forma adecuada nuestras emociones frente
a otra persona, y lo hacemos sin hostilidad ni agresividad. Una persona
asertiva sabe expresar directa y adecuadamente sus opiniones y sentimientos en
cualquier situación social teniendo en cuenta el enfoque de ser positivo.
La empatía es la capacidad para ponerse
en el lugar del otro y saber lo que siente o incluso lo que puede estar
pensando. Las personas con una mayor capacidad de empatía son las que mejor
saben "leer" a los demás. Son capaces de captar una gran cantidad de
información sobre la otra persona a partir de su lenguaje no verbal, sus
palabras, el tono de su voz, su postura, su expresión facial y sus gestos. Y en base a esa información, pueden saber lo
que está pasando dentro de ellas, lo que están sintiendo. Además, dado que los
sentimientos y emociones son a menudo un reflejo del pensamiento, son capaces
de deducir también lo que esa persona puede estar pensando.
El director
como buen líder se debe encargar de que estas condiciones se cumplan para ver
que la institución en la que está al frente encamine por buen rumbo para ello
debe tener ciertas característica y perfiles; lo que siempre debe estar
inmerso es que sea empático-asertivo y conozca las funciones de acuerdo a los
avances científicos, tecnológicos y sociales. Del mismo modo se deben tomar en
cuenta los once factores que se presentan a continuación. Sammons y otros, (1995) Sostienen
que la evaluación de la calidad educativa se
basa en la confluencia de 11 factores:
La confluencia de 11 factores
1.
Liderazgo profesional. La gestión de los equipos directivos es clave a la hora de
conseguir una alta calidad educativa debido a que estos profesionales son los
responsables de trazar la metas a seguir y adoptar medidas para que se lleven
a cabo, inspirar y motivar a los docentes, promover los valores del centro y
habilitar canales de comunicación con las familias.
2.
Valores y objetivos. Cuando las personas vinculadas al centro (profesores, alumnos,
familias…) comparten los principios sobre los que se asienta la institución y
creen en los objetivos que persiguen, su satisfacción será mucho más alta,
elevándose así mismo, la calidad educativa.
3.
Ambiente de aprendizaje. Que los estudiantes y docentes dispongan de un ambiente educativo
-tanto a nivel físico como psicológico- positivo, tranquilo y agradable es
síntoma de que el centro está haciendo las cosas bien.
4.
Oferta formativa. Como es lógico, en la evaluación de la calidad educativa tiene
mucho que decir la metodología y los contenidos impartidos, así como los
resultados logrados. Al fin y al cabo, el aprendizaje de sus hijos es el
objetivo final que persiguen los progenitores a la hora de elegir un centro
educativo.
5.
Niveles de exigencia. Relacionado con el punto anterior, otro de los factores que
influyen en la calidad educativa de un centro es la existencia de un nivel de
expectativas adecuado, ya que esto promueve el rendimiento de los estudiantes
y mejora su autoestima.
6.
Reconocimientos. Los premios e incentivos a aquellos miembros de la comunidad
educativa que han destacado supone un refuerzo del compromiso de estas
personas, que seguirán trabajando para superar nuevos desafíos, contagiando su
espíritu al resto.
7.
Seguimiento individualizado. Contar con programas de supervisión de la evolución individual
de los estudiantes es también un elemento muy valorado por el entorno
educativo, pues se entiende como una muestra de la preocupación de la
institución por el éxito de sus alumnos.
8.
Autonomía del alumnado. Algunos centros pecan de un exceso de supervisión, impidiendo
que los niños y jóvenes desarrollen el sentido de la responsabilidad. Por
ello, los equipos directivos deben buscar el punto de equilibrio que fomente
el desarrollo personal de los estudiantes.
9.
Utilidad de la enseñanza. La calidad educativa también va a depender de planificación de
los contenidos con un objetivo definido y práctico, de modo que los alumnos
comprendan el sentido de lo aprendido. Más allá de las exigencias curriculares
que la legislación vigente establece.
10.
Evolución continua. Docentes que se mantengan en constante formación, un centro al
que no le importe reorganizar su estructura para adaptarse mejor a las
necesidades de la comunidad educativa o una dirección dispuesta a incorporar
proyectos innovadores elevarán la calificación de la institución.
11.
Participación de las familias.
Para conseguir una óptima
calidad educativa es imprescindible facilitar la colaboración de los padres y
madres en torno al aprendizaje de sus hijos.
Los buenos
líderes son pocos y son los que propician un ambiente de bienestar y de buena
comunicación sin perder su autoridad sobre los demás. Permiten que sus integrantes
participen en la toma de decisiones, lo que genera un sentimiento de
pertenencia en el personal y a su vez, amor hacia la institución educativa que se denomina
la identidad como valor.
Cuando un
líder hace buen uso de su autoridad genera certidumbre, confianza y respeto,
hace, con su ejemplo, que los demás quieran participar en la puesta en práctica
de todo proyecto dejando atrás la pereza y el desinterés. Pero cuando el líder
no actúa o lo hace por impulso sin ningún plan de sus gestiones, se hace presente
la rebeldía, el ocio, la rutina, el descontento, y como consecuencia la falta
de consenso en lo que es necesario y urgente para su escuela.
Bajo las premisas expuesta se ha llegado a las siguientes conclusiones:
·
La
comunicación oportuna y empática entre el director y su personal es indispensable
para crear un buen clima laboral de entendimiento y armonía como base de una
buena gestión.
·
Un buen líder
y eficiente debe haber desarrollado las características de ser
empático-asertivo y conocedor de sus funciones de acuerdo a los avances
científicos, tecnológicos y sociales.
·
El buen líder
hace que las cosas sucedan (gestar), no por imposición, sino por convencimiento
tomando como base la buena disposición y el ejemplo.
·
El líder
influye de una forma muy determinante y significativa en la gestión escolar
cuando no pierde de vista el propósito que ésta tiene: satisfacer las
necesidades básicas de aprendizaje de sus estudiantes. Logra unificar los
esfuerzos, ideas y voluntades de todos, buscando siempre la motivación, la
transformación y el crecimiento continuo de sus integrantes propiciando trabajo
en equipo con un enfoque propositivo.
Alvariño, Celia; Sergio
Arzola, José Joaquín Brunner, María Olivia Recart y Ruby Vizcarra (2000).
Gestión escolar: un estado del arte de la literatura. Paideia, 29,
15-43.
Bolívar, Antonio (2010). El
liderazgo educativo y su papel en la mejora: una revisión actual de sus
posibilidades y limitaciones. Psicoperspectivas: individuo y sociedad, 9(2),
9-33.
Claudia Romero. “Hacer de una escuela una buena
escuela” AIQUE; 2008
Pamela
Sammons, Josh Hilman y Peter Mortimore, tras realizar varios estudios en Reino
Unido y Norteamérica, concluyeron en Key characteristics of effective schools: a
review of school effectiveness research https://gestioneducativa.educaweb.com/aspectos-definen-calidad-educativa-centro/
Gracias por su aporte, interesante su ensayo
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